
🔥 El Secreto Ancestral de las Velas: Mensajeras Entre el Alma y lo Divino
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Desde hace miles de años, las velas han iluminado templos, rituales y hogares. Pero lo sorprendente es que nunca fueron vistas solo como una fuente de luz. Para muchas culturas antiguas, una vela encendida era un portal espiritual, un mensajero silencioso que llevaba las intenciones del corazón hacia lo divino.
En la Edad Media, por ejemplo, se creía que la cera absorbía las oraciones. Al consumirse, liberaba esos deseos en forma de humo, enviándolos directamente al cielo. Algo tan sencillo como una llama se convertía en un vehículo de fe y transformación.
La llama representa el alma: un fuego vivo que guía, protege y limpia. Observarla fijamente es una práctica que aún hoy se usa para meditar, calmar la mente y disipar energías negativas. La tradición dice que cuando el fuego danza, está liberando lo que ya no necesitas.
Los aromas añadieron otra dimensión sagrada. Hierbas y resinas como la mirra, el sándalo o el incienso no solo perfumaban los espacios, sino que elevaban la vibración del ambiente, ayudando a conectar con planos superiores.
Hoy, cada vez que enciendes una vela artesanal, estás repitiendo un gesto milenario: abres un espacio de calma, intención y conexión. No importa si es para agradecer, sanar, atraer abundancia o simplemente encontrar paz: el fuego sigue siendo un recordatorio de que la luz siempre vence a la oscuridad.
✨ Encender una vela es más que un hábito, es un acto espiritual que une lo cotidiano con lo sagrado.