Una vela energética es un puente entre lo visible y lo invisible.
Cuando la enciendes, su llama despierta la memoria ancestral del fuego: iluminar, proteger y transformar.
El calor abre el corazón, la luz limpia las sombras, el aroma natural eleva la vibración del espacio.
Cada chispa es intención hecha materia; cada destello, un recordatorio de que la calma y la abundancia nacen dentro de ti.